Un paseo hacia los mejores momentos de nuestra infancia

Les invito a olvidarse un poco de los problemas y sumergirse en la época en que cualquier cosa era un motivo para reír a carcajada. Vamos a prepararnos mentalmente para recordar aquellos momentos que pasamos cuando pequeños con nuestros amigos.
De seguro recuerdas el nombre de tu primer “Amiguito”, aquel con quien compartías tu merienda en la escuelita. ¿Recuerdas cómo cruzaban los meñiques cuando estaban enojados, acompañado de la frase “enemiguito y no me hables”? Y qué decir de aquellas ofensas: “Fea”, “ya no te quiero”, “bruja”, “María moñito”, usadas cuando se estaba super enojado. Qué tierno es revivir esos momentos, en el cual el enfado no duraba más de dos días, en casos extremos.
En ese tiempo no existía la maldad, ni el odio o la malicia.
Contrario a esto, había compañerismo, respeto por nuestros compañeros y más aún para los mayores. Lo más importante era llegar temprano a la escuela, ayudar a nuestros padres, con los “mandados”; y en esas largas tardes ¡jugar, jugar y jugar! sin cansancio alguno. Y lo mejor de todo era que no había que tener ni dinero, ni juguetes, para pasar una tarde superdivertida. No se necesitaba Nintendo, ni Internet para entretenernos ya que la creatividad y la espontaneidad eran nuestras mejores aliadas.
Habían juegos que te ponía a sudar y a gritar. He aquí algunos ejemplos: La botellita: ¿Quién no recuerda el típico juego de botellas? Para ello se reunía un gran grupo. Este era aprovechado por los chicos, para darle un beso a la chica que le gustaba. Consistía en hacer una ronda sentado en el piso, hacer girar la botella y al parar apuntando con sus dos extremos a las personas que quedaran apuntando, tenían que besarse, dejar una prenda y/o contestar con la verdad.
El loco paralizado: este se jugaba en grupos, mientras más jugadores, mejor.
Las escondidas se solía jugar en el bosque, el jardín o en una casa grande; y consistía en ocultarse de los ojos del participante destinado a contar hasta determinada cifra, preferiblememente mirando hacia una pared y con ambas manos cubriéndole el rostro, dando tentativas miradas, para luego salir en busca de sus compañeros escondidos.
La carrera de saco: Un grupo de participantes se colocaban dentro de un saco para correr hacia la meta, no eran pocos los estrallones, que los jugadores se daban para tratar de ser el primero en llegar. A esto le sigue una larga lista, entre ellos: guerra de gavillas, bolitas, el yoyo, la bola caliente, el trúcamelo, el jumbo, la plaquita, veo veo, besito bermúdez, capún y no te abajes, flor y convento, la gallinita ciega, el pañuelo, etc. ¿Y tú, qué tanto puedes recordar tu infancia?.
PROGRAMAS DE TELEVISIÓN
No podemos dejar de mencionar los programas de televisión que en nuestra niñez disfrutábamos, en nuestra casa o en la casa de un amigo.
Cómo olvidar los llantos incesantes de “Candy Candy”; las series de “Las tortugas ninjas”, “Las travesuras de Vicky, la robot”, “Jem and the Holograms”, “Carrusel de niño”, “Mazzinger Z”, “Los Pitufos”, “Transformers”, etc. “He-Man”, “La abeja Maya”, etc.

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