La Asociación de Bancos Comerciales (ABA) calificó como un grave error la decisión de aplicar un impuesto al retiro de dinero en efectivo de las instituciones financieras y advirtió que el gravamen impactará negativamente en familias que viven de las remesas, además de implicar un costo adicional para los clientes. Las consideraciones de los banqueros fueron expuestas a través de un comunicado de prensa y de una carta dirigida al presidente de la Cámara de Diputados.
Recordó que mediante un acuerdo con el Banco Central y el Ministerio de Hacienda, los bancos asumieron el sacrificio de un gravamen de 1% a los activos financieros netos, que eleva a un 50% la presión fiscal de las instituciones financieras.
"Deseamos destacar que en ningún momento durante el proceso de diálogo sostenido con las autoridades del Ministerio de Hacienda y del Banco Central, se contempló ni se discutió otra figura impositiva que gravara a las entidades del sistema financiero o a sus clientes", explicó.
Indicó que entre los problemas que acarrearía el impuesto figuran el aumento del número de operaciones en los canales bancarios, ocasionado por el incentivo a fraccionar las transacciones para evitar la tributación, además de provocar un mayor uso de los cajeros automáticos, congestionándolos y afectando la calidad del servicio.
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