El ladron silencioso de la vision... Glaucoma

El glaucoma es una enfermedad ocular producida por el aumento de la presión que normalmente tienen los ojos. Este aumento de presión va ocasionando daño al nervio óptico, el cual es una estructura que funciona como un cable telefónico que le lleva al cerebro la información que el ojo ve, para que este lo pueda interpretar, y producirse así el fenómeno visual. Dentro de nuestros ojos se esta formando de manera constante un líquido llamado humor acuoso. Este líquido también sale hacia fuera del ojo de forma continua por una estructura llamada malla trabecular. Cuando existe una dificultad en la salida del humor acuoso, o si este se produce en mayor cantidad que la proporción que logra salir del ojo, entonces aumenta la presión interna del globo ocular. Esta presión elevada afecta la circulación sanguínea a nivel del nervio óptico, lo cual produce que sus fibras se vayan muriendo, por lo que menos información visual podrá ser llevada al cerebro óptico, sucede de forma lenta, progresiva y sin ocasionar dolor al paciente, por lo que la alteración que se produce en la visión se va instaurando sin que la persona se de cuenta, Por esto se le llama al glaucoma: EL LADRÓN SILENCIOSO DE LA VISIÓN.

La visión que inicialmente se va perdiendo en el glaucoma es la visión periférica. La visión central es la ultima en alterarse. Al principio, el daño visual es leve y puede ser mayor en un ojo que en el otro. La visión del ojo menos afectado compensa la del que tiene peor visión, y el paciente no se entera de la pérdida visual que esta experimentando. Como la alteración visual va ocurriendo de forma lenta e indolora, el paciente viene a darse cuenta del daño cuando empieza a chocar con los objetos que están a su alrededor, cuando este va caminando. En ese momento, el daño ya esta muy avanzado.

Existen muchos tipos de glaucoma y el médico oftalmólogo es el profesional capacitado para diagnosticarlo. Como ya hemos dicho, prácticamente todos son indoloros a excepción de dos: el glaucoma agudo de ángulo estrecho y el glaucoma neovascular. El primero tiene síntomas muydramáticos: enrojecimiento ocular, visión borrosa, importante dolor en el ojo que llega a producir nauseas y vómitos, dolor de cabeza y visión de halos de colores alrededor de las luces. El segundo, puede ocurrir como complicación de enfermedades como la diabetes y trombosis de la vena central de la retina. Hay factores que pueden predisponer a padecer de glaucoma como lo son antecedentes familiares de glaucoma, antecedentes de trauma o inflamación ocular, la miopía, enfermedades como la hipertensión arterial, diabetes, raza negra, edad mayor de 50 años, etc... Si bien es cierto que estos son factores predisponentes, no menos cierto es el hecho de que el glaucoma puede afectar a personas de todas las razas y edades.

En la actualidad, el glaucoma es una de las primeras causas de ceguera en los Estados Unidos y la 2da. en nuestro país. Lo peor de todo es que mas de la mitad de las personas afectadas por esta grave enfermedad visual no saben que la padecen. Por todo lo expuesto anteriormente, hay que resaltar la importancia de una revisión ocular periódica anual. La mejor forma de prevenir el glaucoma es saber si se tienen factores de riesgo predisponentes y realizar un examen oftalmológico completo a intervalos regulares. Toda la visión que se haya perdido hasta el momento en que se logre diagnosticar la enfermedad, ya no se puede recuperar. El glaucoma no tiene cura, pero se puede controlar. 

El tratamiento siempre tendrá como objetivo evitar que se siga perdiendo visión. Como parte del examen oftalmológico, el médico tomara la presión ocular, revisará el aspecto que tiene el nervio óptico y, si fuere necesario, realizará un estudio del campo visual (perimetria computarizada), para determinar si existe daño en la visión periférica. El conjunto de estos datos definirá si el paciente padece o no de glaucoma, además de cuantificar el daño existente en ese momento. Cuando el daño visual no es muy importante, el Oftalmólogo usara medicamentos en gotas para tratar de reducir la presión ocular. En casos más avanzados se puede necesitar combinar las gotas con la aplicación de rayos láser, o en última instancia, optar por la cirugía.

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