Aprovecha los beneficios del agua para la salud de tu piel

Tras un largo y tedioso día, nada mejor que una ducha para recuperar la energía y prácticamente renovarse. Así que para que tu piel luzca sana y radiante tras ese momento delicioso e íntimo, considera estas sugerencias.

Dori Couñago, autora del libro Bella por dentro y por fuera, Editorial Arco Press, explica los principales beneficios que puedes obtener si manejas adecuadamente la temperatura del agua para ducharte, conforme al tipo de piel que tengas.

Agua con temperatura:

1. Muy caliente

Efecto: Limpia y ablanda la epidermis, dilata los capilares estimula la circulación.

Tip: Se aconseja eventualmente en pieles grasas, pieles sensibles o con cuperosis (enrojecidas y con sensación de quemazón).

2. Caliente

Efecto: Dilata los capilares y estimula la circulación y las secreciones.

Tip: Se puede utilizar en todos los tipos de piel pero con precaución sobre vasos capilares dilatados o enrojecidos.

3. Templada

Efecto: Limpia suavemente y tiene efecto calmante.

Tip: Es ideal para todos los tipos de piel.

4. Fría

Efecto: Refresca, aumenta el tono cutáneo, contrae los capilares y los poros, inhibe las secreciones.

Tip: Se puede utilizar en todos los tipos de piel, pero con especial precaución en el caso de vasos dilatados y capilares.

5. Hielo

Efecto: Refresca, aumenta el tono cutáneo y contrae los poros.

Tip: Se aconseja el uso en pieles con poros dilatados.

Y si eres de estas féminas enamoradas de sumergirse en la tina por varias horas y casi te ves nacer una cola de sirena, es importante que sepas que tal y como lo explica Dori Couñago, sólo hagas como máximo un baño de este tipo a la semana, debido que para la higiene diaria es preferible la ducha. Sumergirse en agua caliente con frecuencia puede ser perjudicial para la piel, puede resecarla y descamarla.

Si lo que quieres es relajarte y dormir como un auténtico angelito, la autora recomienda que la ducha sea por 20 minutos y con agua a 34 o 37 grados como máximo, y aconseja utilizar productos que contengan esencias o aceites de lavanda o manzanilla.

Además, sugiere después de la sumersión que tomes una ducha templada o te envuelvas en una frazada o toalla absorbente y disfrutes del descanso y relajación que tu cuerpo ha logrado.

¿Buscas un efecto antiestrés? Entra a la tina por no más de 10 minutos y con el agua a una temperatura no mayor de 39 grados, y al salir disfruta de un regaderazo con agua fría.

Para finalizar, la autora comparte 7 claves de oro para un buen baño que te pido consideres para que logres los efectos buscados:

1. No debe durar más de 20 minutos.

2. Jamás debe tomarse después de una comida abundante.

3. La temperatura ideal es de 34 a 37 grados.

4. Hay que asegurarse de haber retirado todos los productos que forman espuma.

5. Siempre que no sea relajante, tras la ducha o el baño siempre es recomendable aplicar agua fría.

6. Hay que secar bien el cuerpo, coyunturas y sobre todo los espacios entre los dedos.

7. El último paso siempre será humectar la piel.

Más que un tema de higiene, ese momento de intimidad puede significarte no sólo una valiosa pausa para fortalecer la salud de tu piel, también un respiro a un agitado día.

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