Samsung no lanzará su nuevo Galaxy S8 en el Mobile World Congress de Barcelona de febrero, rompiendo así con una costumbre que ha cumplido durante años. En su lugar, lo retrasa hasta abril, tan solo dos meses después.
La información apareció originalmente como un rumor en The Wall Street Journal y en Bloomberg, pero ha sido confirmada recientemente por Teknautas, que cita a fuentes cercanas de la compañía. Al parecer, algunos problemas con las comprobaciones finales del dispositivo tendrían la culpa del breve retraso.
Está claro que Samsung quiere evitar cualquier posible problema con su nuevo dispositivo y alejarse del Notegate que ha fagocitado toda la conversación en torno a la compañía durante los últimos meses.
Samsung organizará su propio evento en abril, al estilo de lo que organiza Apple, hacia mediados o finales de abril. Esto podría beneficiar, en cierto modo, al anuncio del Galaxy S8, que sería el único protagonista y no tendría que competir por la atención que pudieran reclamar otros dispositivos en un evento como la MWC.
Desde Teknautas aseguran, además, que Samsung teme que Huawei la adelante en cuota de mercado en 2017, tanto en Europa como en España; motivo por el cual están yendo con mucho cuidado con su dispositivo.
El Galaxy S8 todavía es un misterio, aunque numerosos rumores apuntan a que tendrá una pantalla OLED curva de resolución 4K, doble cámara trasera, una batería de gran tamaño (más de 4.000mAh) y, esto casi está confirmado, prescindirá de la entrada de auriculares tradicional.
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