El espasmo muscular, sus causas

“Un espasmo muscular es una contracción involuntaria de un músculo o grupo de músculos”. El tipo de espasmo más común el denominado  calambre. El cual,  puede producirse en algunas partes del cuerpo, pero principalmente en las piernas.


“Generalmente pueden ser muy dolorosos y se ‘rompen’ (alivian) estirando el músculo”. Los calambres pueden producirse cuando se está descansando y que ocurren, mayormente, en las personas que durante el día han pasado mucho tiempo de pie o han tomado poca agua.
También son frecuentes  en las mujeres embarazadas, principalmente durante  el  último trimestre  de gestación, así como en algunos pacientes que tienen enfermedad de los nervios periféricos.
Puede darse el caso de quienes sufran algún trauma (al realizar algún ejercicio), un problema metabólico o infeccioso; los nervios periféricos se enferman y pueden provocar calambres o un espasmo muscular doloroso. 
“Los músculos y los nervios están íntimamente ligados, porque a cada músculo van una o varias ramitas de nervios, que son las que los estimulan, pues el cerebro le  dice a la mano: “¡muévete!” y esa orden viaja a través de los nervios”.
Esa unión del nervio y músculo es llamada placa motora.
Otros tipos.  También existen otros tipos de espasmos, como la tortícolis, una contracciones muscular prolongada en que los músculos del cuello  se contraen involuntariamente y hacen que la persona tenga que  inclinar la cabeza. Es normal que aparezca en personas que duermen en una mala postura.
Otros menos comunes son  los espasmos faciales (boca, párpados...);  los calambres del escritor (cuando se dura mucho tiempo escribiendo); el  denominado “síndrome del hombre rígido”, y los espasmos infantiles, relacionados con trastornos psiquiátricos, a los cuales se debe tratar con mayor cuidado.

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