Dos buitres y una carnada

POR ANA PEREYRA.- Aunque no tengo el gusto de conocerle personalmente, no necesito esa carta de presentación, para tener un juicio sólido, claro, imparcial y coherente, basta sus aportes políticos, recortes de periódicos y sus accionar, para tener, como dicen los videntes “su carta astral”.

Hemos seguido sus trayectorias, hemos sido testigos de sus aciertos, muy pocos por cierto y sus fracasos, por querer nadar en contra de la corriente. Los anos han pasado por ellos, pero no han acumulado experiencias, ni muchos menos han aprendido de sus errores, todo lo contrario, han hecho de los errores una constante.

Nos referimos al ex-presidente Hipólito Mejía y al presidente del PRD Miguel Vargas Maldonado, quienes al parecer han adquirido o heredado los derechos de partido blanco. Esto así, porque creen que el PRD, que tanta sangre y sacrificio le costó a Silfa, Miolán, Castillo y otros, puede ser regido a su antojo, solos ellos pueden tomar decisiones.

Lo más lamentable de todo este tira y jala, del partido, que una vez fue la esperanza nacional, es la pasividad de los llamados “viejos robles” quienes se dejan llevar como borregos hipnotizados, donde no tienen ni voz ni voto y hacen solo lo que diga Miguel o lo que diga Hipólito.

El gran problema se llama Miguel e Hipólito, por que no unen fuerzan, los sacan y con sangre nueva y la experiencia acumulado por aquellos que llevan años y que ahora parecen marionetas, hacen resurgir un nuevo PRD, ese partido que combatió los 12 años de Balaguer y gano muchas batallas, tal parece que solo dos, son los únicos que pueden estar al frente del partido blanco. 

Es muy lamentable, porque se quedaran en el mismo lugar, con 52 anos de fundando, no han llegado “mentalmente’ a una joven quinceañera. Uno piensa que el PRD es una empresa privada, el otro cree que heredo los derechos y que solo ellos pueden llevar las riendas de los perredeístas. Antes se tenía la certeza del que el partido blanco gobernaría por los siglos de los siglos, pero que va, la ambición desmedida y las ansias de poder los ha vuelto trizas.

Su historia fragmentada en pedazos, está llena de engaños y ambiciones, gracias a estos elementos están y estarán sin ser gobierno, es un partido que no respeta los acuerdos y traigo esto a colación, porque después de que Don Antonio fue presidente, le tocaba a Jacobo Majluta y lo traicionaron y tuvo que irse con su música a la Estructura y al PRI. Y solo ponemos ese ejemplo. 

Ahora, ni Mejía ni Vargas Maldonado quieren dar su brazo a torcer, mas parece una lucha de grandes titanes a nivel personal; ninguno de los dos piensa en el partido blanco, sino en sus ambiciones personales, en demostrar quién vence a quien y mientras eso suceda llegaran 52 años más con "el jacho prendío, pero apagao". El PRD se ha convertido en una carnada personal para estos dos buitres.

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