SANTO DOMINGO. Todos hemos oído el término y posiblemente también, en alguna ocasión, por un ansia incontrolable de meternos en el agua, hayamos sufrido alguno. Es imposible pasar de los 10 años sin haber escuchado al menos una vez, que uno no puede bañarse inmediatamente después de comer...porque se "para" la digestión. A esa edad, nos parecen las horas más largas del mundo. Tendrán nuestras madres la razón?
¿Qué significa que se "corte" la digestión?
Tras una comida abundante, la sangre del organismo se redistribuye y una gran cantidad se dirige a las vías digestivas para facilitar así la metabolización de los alimentos. Cuando se produce un cambio brusco de temperatura, la sangre que está en el tubo digestivo se distribuye hacia otros órganos para contrarrestar el efecto, lo que puede provocar mareos y otros síntomas que conocemos, como "corte de digestión". En lenguaje médico, este trastorno se denomina "síncope de hidrocución".
Normalmente coinciden dos procesos: la digestión y la inmersión brusca en agua fría. En el momento en que nos sumergimos, la frecuencia cardíaca disminuye para conservar la temperatura corporal y los vasos sanguíneos superficiales se contraen. La unión de estos dos factores provoca que llegue menos sangre (y oxígeno) al corazón y al cerebro.
¿Es exagerado esperar dos horas después de comer antes de tomar un baño?
Si la comida ha sido ligera, lógicamente la digestión será más rápida, pero si ha sido muy abundante o con alimentos muy grasos, puede durar hasta 4 o 5 horas. La recomendación médica general es: no exponerse al sol durante la comida ni en las horas inmediatamente posteriores y, si se quiere tomar un baño, es preferible esperar dos horas o introducirse en el agua de forma progresiva para permitir que la temperatura corporal se vaya adaptando.
Raramente el corte de digestión ocurrirá mientras se baña en su casa, porque el agua que se utiliza suele ser templada o caliente. Pero beber líquidos muy fríos o hacer ejercicios físicos intensos durante la digestión sí puede provocarlo, aunque es menos frecuente.
Otro factor desencadenante es exponerse al sol tras una ingesta de comida rica en grasas y alcohol.
¿Cuáles son los síntomas?
Empieza con un malestar general intenso y brusco, sudoración, mareo, piel y mucosas pálidas, pulso débil y, en ocasiones, vómitos y dolor abdominal o diarrea. Incluso se puede llegar a perder el conocimiento por un descenso brusco de la presión arterial. Excepcionalmente se sufre un colapso cardiocirculatorio que puede llevar a una parada cardiaca.
El mejor consejo, ante un "corte" de la digestión, es el de las madres: si comió, mucho o poco, no se meta en el agua hasta dos horas después. Evite el problema.
Cómo actuar
• Hay que salir del agua o pedir ayuda, si es imposible hacerlo por cuenta propia.
• Si el afectado es un niño, y puesto que no será tan consciente de estos síntomas, conviene sacarlo de inmediato del agua si se pone pálido, empieza a tiritar bajo el sol candente o se marea.
• Lo ideal es que la persona que ha sufrido un corte de digestión se acueste boca arriba y que levante un poco las piernas para controlar el mareo y permitir un flujo adecuado de sangre al cerebro. Esto ayudará también a remontar la bajada de presión.
• En muchos casos - y pese a tomar las medidas anteriores - se producen náuseas, vómitos o un cuadro de diarrea que dura unas horas. Si ocurre, hay que reponer líquido de forma abundante bebiendo agua natural y jugos.
• Si al cabo de un par de horas no se ha recuperado la normalidad o los síntomas se agravan, lo mejor es llevarlo al médico sin demora.

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